lunes, 15 de diciembre de 2008

After Dark







"Cerca ya de medianoche, en esas horas en que todo se vuelve dolorosamente nítido o angustiosamente desdibujado, Mari, sentada sola a la mesa de un restaurante, se toma un café, fuma y lee. Un joven la interrumpe: es Takahashi, un músico al que ha visto una única vez, en una cita de su hermana Eri, modelo profesional. Ésta, mientras tanto, duerme en su habitación, sumida en un sueño profundo, «demasiado perfecto, demasiado puro». Mari ha perdido el último tren de vuelta a casa y piensa pasarse la noche leyendo en el restaurante; Takahashi se va a ensayar con su grupo, pero promete regresar antes del alba. Mari sufre una segunda interrupción: Kaoru, la encargada de un «hotel por horas», solicita su ayuda. Mari habla chino y una prostituta de esa nacionalidad ha sido brutalmente agredida por un cliente. Dan las doce. En la habitación donde Eri sigue sumida en una dulce inconsciencia, el televisor cobra vida y poco a poco empieza a distinguirse en la pantalla una imagen turbadora: una amplia sala amueblada con una única silla en la que está sentado un hombre vestido de negro. Lo más inquietante es que el televisor no está enchufado... "

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No había leído nada de Murakami, pero tenía buenas referencias, y lo puse en la lista de futuros autores, en cuanto me llegó este libro como novedad a mi librería lo aparté, me atrajo su sinopsis, desde hace algún tiempo siento esas horas, la medianoche, la hora bruja, cuando suceden las cosas especiales, un poco de misterio, una historia original, buena música...no podía ser menos Murakami regentó en Tokio un club de jazz antes de dedicarse de lleno a la literatura.


La primera lectura fue acompañada con la pieza de música que da lugar al título, "five spot after dark" de Curtis Fuller...yo que soy- de momento- lega en la materia, la desconocía pero por arte de notas de jazz me transporté enseguida y me metí en esta buena historia..


He tenido el libro en danza sin poder leerlo, la falta de tiempo y el agotamiento navideño, me impedían darme un atracón de esos que tanto satisfacen a los que nos gusta leer, sin embargo ha sido hoy en el tren de vuelta a Valencia, después de unos días fuera de casa cuando he tenido el gusto de desquitarme, entre un torrente de pensamientos se han ido metiendo estas letras y casi casi he llegado al final, me falta poco,creo que voy a ello... el cansancio me puede pero creo que aun caerán unas paginas más, me gusta esa sensación, avidez por saber el desenlace de la historia y no querer terminar el libro, es la magia de la lectura... aunque.... ha empezado ya Buenafuente...y por supuesto hay tiempo para todo.




-Gracias Sr. Tormentas por ayudarme a poner el video en aquel momento de rebelión del Word, en mi PC-

4 comentarios:

  1. Tengo en espera "Tokio Blues" - la verdad es que hace ya algún tiempo- en la pila de mi mesilla de noche. Olvidado, va quedando rezagado; creo que anda algo así como el último. Después de leerte he sentido envidia de esa sensación que describes: quieres seguir leyendo pero llega el final y temes que se acabe lo que tanto disfrutas. Puede que lea, al fin, a Murakami. Quizá él me lleve hasta ella, hace mucho que un libro no me la trae de la mano. Culpa mía, por no saber elegir bien, pero es que todos son tan provocadores que... quien se resiste.

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  2. Hace ya tiempo leí su "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo" cuando aún era algo desconocido por estas latitudes (al menos en los no conocedores) y en su momento ya me impresionó bastante, por eso regalé no hace mucho su libro de relatos "Sauce ciego, mujer dormida" porque considero que lo que hace mejor es eso, relatar, en el mejor sentido de la palabra. Intentaré leer esta última.

    Saludos

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Ruego borres el comentario anterior, cosas del ctrl+c y ctrl+v.
    Y en algún sitio vi yo ese libro, no lo recuerdo bien, o tal vez si... Serán cosas de la edad. Yo sigo enfrascado cuando el tiempo me lo permite en el libro que me regalaste… me encanta.
    Y no hay de que... a mandar.

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