sábado, 5 de junio de 2010

Destino

Lo Bueno En Lo Malo, Lo Malo En Lo Bueno
Había una vez un joven granjero que amaba los caballos. Un día sucedió algo terrible; su yegua favorita se escapó y cruzó la frontera con el País de los Bárbaros.
El joven se quedó desconsolado. Sus amigos y vecinos se entristecieron con su pérdida, pero su padre simplemente esbozó una sonrisa.
- Es triste perder un caballo- dijo el anciano-, pero ¿quién sabe qué bendición traerá el infortunio? Conviene que esperemos y veamos.
Efectivamente, pocas semanas después, las lágrimas del joven se convirtieron en alegría, pues un día llegaron dos caballos galopando por las llanuras. La yegua del joven volvía a casa, trayendo con ella a un hermoso semental. El joven estaba encantado. Sus amigos y vecinos se reunieron con el para felicitarle pero su padre sacudió la cabeza tristemente.
- Oh, sí-dijo- parece buena fortuna, pero quien sabe que males puede traer consigo. Conviene que esperemos y veamos.
El joven disfrutaba de lo lindo con sus caballos y empezó a dedicar más tiempo a cabalgar y menos a los trabajos de la granja, hasta que un día galopando sobre el semental, éste lo arrojó al suelo. Se rompió la cadera y no podía moverse. Una vez mas sus vecinos vinieron a lamentarse con él por el infortunio, mientras el padre se repantigaba satisfecho.
- No nos pongamos tristes-decía- ¿Quién sabe la buena nueva que trae este accidente? Esperad y ved.
No tuvieron que esperar demasiado. Un mes más tarde, los bárbaros atacaron desde norte, y todos los hombres sanos fueron llamados a filas. Las batallas fueron feroces, y murieron a cientos, solo volvió a casa uno de cada diez hombres y los pueblos se llenaron de huérfanos y viudas.
Sin embargo el joven granjero se salvó la mala caída del caballo le había incapacitado para ser soldado y cuando los demás se fueron a pelear, él se quedó en casa sano y salvo.
Los años pasaron y el joven granjero fue padre a su vez. Lentamente, la cadera rota se recuperó, pero seguía doliéndole cada vez que soplaba el viento frío. Aquel dolor le recordaba la fortuna de estar vivo.
- En lo malo está lo bueno, y en lo bueno lo malo- solía decir.
Después se repantigaba y soñaba con sus caballos.

                                               “Cuentos para pensar”
                                                 Robert Fisher
                                                 Ediciones Obelisco
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Es algo que siempre digo, cuando las cosas pasan, será por algo, nunca se sabe por qué, quizá sea el destino. Y no es que tengamos que someternos a su capricho, es que siempre hay que ver las cosas con más distancia, en el tiempo todo parece distinto y se valora todo de otra manera, el amor, el desamor, la enfermedad, la muerte, el trabajo, la familia….el destino une y desune. Lo importante es nunca desfallecer, pensar siempre que detrás de lo malo puede venir lo bueno, y que no siempre lo bueno lo es, por más que nos duela siquiera pensarlo.

Repesco aquí este post escrito en la La Torre de Marfil, cuando una era la princesa Tremendhuska, ( una princesa que no es como las demás), y cuando tras aquel primer username, escribia esas primeras letras de cuento. Me acordé hoy, hablando con mi compañera y gran amiga Gisela a quien se lo dediqué, me acordé hoy justo hablado de destinos y futuros igualmente inciertos y pensando y afirmando  otra vez que lo importante es nunca desfallecer y pensar que detrás de lo malo puede venir -vendrá- lo bueno y, que no siempre lo bueno lo es.

Por enésima vez...a Gise.

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