martes, 13 de octubre de 2009

El Lápiz Roto


Estaba tras el mostrador organizando papeles, como de costumbre levanté la mirada al notar que entraba un nuevo cliente, su aspecto, sus ropas viejas no eran de las que normalmente visten los que suelen entrar en un negocio céntrico situado en una de las mejores zonas de la ciudad y la verdad sea dicha mi cabeza empezó a procesar rápidamente lo que veía por si acaso tenia que apretar el pulsador que da aviso a los seguratas en caso de peligro, pero no, simplemente era un hombre pobre o quizá debiera decir mejor un pobre hombre.

Mis ojos encontraron una persona de edad indefinida, seguramente mucho más joven de lo que parecía pero con la cara dibujada por surcos de sudor y trabajo, unos ojos tristes anhelantes de una ayuda que a través del idioma estaba claro que no conseguía obtener. Me enseñaba un lápiz partido en dos, una de las partes estaba forrada con cinta aislante y la otra completamente astillada, intentaba explicarme que lo necesitaba para trabajar, no entendí muy bien que es lo que hacía, pero se afanaba en repetirmelo y de paso preguntarme donde podía conseguir, eso sí lo entendí, hilo de pescar...Algo tan sencillo como es querer comprar un lápiz, de los de toda la vida, amarillo y negro, del nº 2, acabado en rojo para él estaba siendo todo un problema y casi casi una especie de acto de humildad...

Le dí lo que me pedía, pero claro, ahora estas cosas van en blister y no se puede abrir aunque solo necesites uno, las marca considera que así se vende más y además se evitan los pequeños hurtos, llega el momento de pagar, 2´20€, me mira estupefacto y veo que juntando todas las monedas que lleva en la mano solo reune 2 euros justitos, con una pequeña sonrisa me dice que los necesita y que por la tarde me traerá los 20 centimos que faltan, no hace ni siquiera ademan de buscar en los bolsillos, simplemente no llevaba más dinero. Pienso en las veces que señoras vestidas de Carolina Herrera en el mismo sitio me piden un descuentillo porque son buenas clientas, y sin pensarmelo dos veces le facturo los lápices con la opción de "descuentillo", me da los dos euros y le digo que asi esta bien, esta vez con una gran sonrisa me vuelve a explicar para que lo necesita, y aun no entiendo que tiene que ver un lápiz, hilo de pescar y no sé cuantas cosas más, pero da igual...inclina la cabeza, me da las gracias muchas veces seguidas, me repite que volverá por la tarde para darme lo que falta y le vuelvo a repetir que no, que no es necesario...parece entenderlo, con sus lápices en la mano, se dirige a la puerta y con unos ojos alegres y sobre todo agradecidos me dice con fuerte acento del este, - adiósss presiosa-...

14 comentarios:

  1. Hemos creado la Europa y el mundo de dos velocidades, separadas por un muro, a veces visible, como en Melilla, como en los aeropuertos, y a veces muy sutil...
    No avanzamos, sólo nos enrocamos en nuestra torre de marfil informatizada y autocomplaciente.

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  2. Hola cielo un lindo texto lleno de ternura los que tiene mas a veces son peores, me gusto mucho
    un beso

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  3. La vida me enseño que las personas más interesantes no son necesariamente aquellas que gozan de prestigio social, salen fotografiadas en los periódicos o tienen en el portal una reluciente placa de bronce en la que se mezclan con absoluto descaro su profesión de ginecólogo y el cinemascope de su soberbia. No son las grandes historias ni las grandes proezas lo que despierta mi curiosidad. Son estas pequeñas vivencias, estas incógnitas que la vida te pone en el camino, como en tu caso con el lápiz, lo que atrajo siempre mi atención. Lo que puedas saber de una persona raras veces te resultará tan agradable como lo que supongas de ella.
    Me encanto esta historia “presiosa”.

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  4. Um relato lleno de ternura. Ese hombre que se presenta con su aspecto pobre en busca de un lapiz, esa generosidad de la protagonsita (¿eres tu?), esa insistencia de él de completar el pago, demuestran sobre todo que hay dos corazones que laten con seguridad.
    No te conocía, pero te seguiré leyendo.
    Dejo entre tus seguidos mi vieja máquina de escribir y espero ver tu fotograía icono entre los de mi blog.
    Cariños

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  5. Pequeñas cápsulas cotidianas en las que la mayoría de gente ni tan siquiera se para un segundo a pensar o a reflexionar. Me ha conmovido esta historia, la humildad, la pobreza y la lucha que estos personajes anónimos libran día a día para subsistir en este mundo insensible que vivimos hoy en día.
    Me quedo imaginando el porqué de su necesidad por ese lápiz...

    Abrazos¡¡

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  6. Me conmueve, de veras, la humildad y lo inmensamente agradecidos que siempre suelen mostrarse los más humildes, los que menos tienen.
    Les das un lapiz, un trozo de pan o un folio para escribir algo y te dan gracias mil veces, no se cansan y, encima, te sonríen. Aunque faltasen los 20 céntimos, seguro que tú te consideraste pagada más que de sobra porque son muy agradecidos, al apreciar el valor de todas las cosas, no como los más pudientes, que no valoran nada.
    Tienes un blog precioso. Me apunto a seguirlo y bienvenida al mío.
    Un beso.

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  7. Gracias a la humildad y necesidad de personas como tu protagonista, somos conscientes del valor de las cosas que nos rodean. De pronto nos damos cuenta de cuánto valen 20céntimos y una sonrisa.

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  8. Me gusto mucho tu relato, y creo que mucha gente hace lo mismo con su público y, axial espero no equivocarme

    Beso

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  9. La lástima de tu historia es que será veridica y si no lo es lo puede ser. Estas pequeñas historias de desigualdad,incomunicación y pobreza no son guiones para el cine sino la realidad cercana, cada vez más cercana, de nuestro cotidiano mundo.
    Una vez más Silvia nos pones en la Tierra con tus personajes y tus historias.

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  10. Pues a mi el lápiz me ha traído recuerdos de la infancia, cuando disfrutaba del placer que era oler un lápiz recien afilado, o la comentada goma de borrar Nata, o una libreta nueva, o una página llena de apuntes escritos con un Bic.
    Día de olores en los recuerdos.
    Mil besos, princesa

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  11. Preciosa historia, muy humana, y la entiendo muy bien por que lo he vivido en primera persona.
    Mi primera vez en Nigeria, mi ingles malo malísimo y Yo intentando comprar herramientas y demás para continuar nuestros trabajos..., a mi esta vez me vino muy bien el lápiz y la libreta para dibujar lo que necesitaba.
    La segunda vez en Karkov (Ukraine), aquí el ingles... na de na, imposible poder comer en ningún sitio todo en ruso, al final conseguí comer señalando los planos que sacaban los camareros a los otros clientes.
    Me apunto a tu club..., con tu permiso, besottes.

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  12. Hola, bueno bueno, me ha encantado esta primera entrada que he leido en tu blog, una bonita historia de personas y muy bien contada además. La mayoria de la gente en tu situacion no hubiera dudado en apretar el boton de seguridad, estoy seguro que ante la vision de un hombre con el aspecto que narras lo primero seria por desgracia la sospecha, lo segundo no llegaria nunca pq casi nunca dariamos opcion a conocerla, tu lo hiciste y ganaste una experiencia seguro enriquecedora y que te hizo sentir bien contigo misma y darle de paso mas de una vuelta a la cabeza. La vida tiene otros valores a los que diariamente manejamos con tanta soltura y desapego. lo dicho me gustó la visita.ah! y muchas gracias por pasarte por mi blog, eso me ha permitido conocerte. abrazos

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  13. Nuestra sociedad de la opulencia, carga con el lastre de confundir educación con cultura.
    Una persona formada y culta no implica que sea educada, esto último, hay que mamarlo.
    Bonito texto que invita a la reflexión.
    Saludos.

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  14. S.O.S. tengo problemas técnicos con mi blog. Yo publico entradas pero a vosotros no os está actualizando. Si entráis directamente a mi blog, no hay problemas, allí está todo. He preguntado a blogger pero de momento no me ha respondido. No sé si alguien me puede orientar sobre ello.

    Espero no perder la paciencia...

    Gracias Silvia, un abrazo pirata!

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