miércoles, 29 de octubre de 2008

La máquina que vende libros










Seguramente sea difícil encontrar una persona en nuestra ciudad que no haya utilizado alguna vez una de esas maquinas expendedoras estrategicamente situadas, que nos ofrecen refrescos o tabaco justo en el momento en que los necesitamos, cuando todo esta cerrado, cuando la tienda mas próxima nos pilla fatal, cuando estamos en la sala de espera de cualquier sitio y nos entra el gusanillo, probablemente de aquello que nos ofrece tan solo por verlo.
Lo normal era meter la moneda en una maquinita para sacarte una coca-cola, o una botella de agua, o un café, al mismo tiempo las de tabaco salvación de aquellos que se fuman encima y no pueden esperar a comprarse el caro vicio en el estanco, poco a poco llegaron las sorpresas y podías llegar a ver expendedoras de chicles, de cepillos de dientes o incluso de condones en los baños de las discotecas o en la parte exterior de alguna farmacia. La cosa ha ido a mas, en la actualidad puedes conseguir flores, paraguas, cartuchos de impresora, bocadillos...cualquier antojo imaginable disponible las 24 horas del día los 365 días del año. Me sorprendí mucho este verano cuando en vi en una gasolinera de Denia una maquina expendedora de cebos y demás gusanitos para pescar, todo era imaginarme el ambientazo que debía haber dentro de la maquina y la fiesta del bichito al caer por su rampita correspondiente como si fuera un tobogan destino de una muerte segura.
Recientemente según leí en un artículo de El País, se están empezando a instalar máquinas que venden libros, y mira tú que la idea me ha hecho gracia, es una manera de acercar las letras seguramente en sitios inimaginables, como el metro, estaciones, aeropuertos, hospitales...evidentemente serán bestsellers, libros de éxito de fácil venta en edición de bolsillo, no nos encontraremos incunables, pero por lo menos servirá para utilizar un tiempo que de otra manera estaría perdido en algo tan grato como es la lectura.

Es un sector en alza según quedó patente en la ultima feria de hostelería, Hostelco, recientemente celebrada en Barcelona, avanzan en diseño y en tecnología para evitar las continuas averías (y las patadas y golpes que seguro reciben para recuperar las monedas). Aunque estamos aún lejos de Japón donde es un fenómeno cultural, allí están en cualquier punto de la calle, tienen una por cada 23 habitantes se dice que el 70% de los productos que diariamente consume un japonés podría ser adquirido automáticamente, comida fresca, patatas fritas, apuestas en las carreras incluso oscuras extravagancias como lencería femenina usada... uff, casi mejor no pensar en su empresa proveedora, ni en el oriental que mete su yen obteniendo el articulo en cuestión y usándolo para...¿?

2 comentarios:

  1. No, si al final acabaran expendiendo sexo mercenario a través de maquinitas. Aunque no me imagino a la lumi en cuestión caer por una rampa después de meter las moneditas… Sin embargo puestos a imaginar se me ocurren diversas formas de autoservicio, jajaja… Y si patento las ideas?
    Un beso

    ResponderEliminar
  2. hola Sylvia!!! encantado de visitarte y de que vinieras a rincón, espero lo sigas haciendo!!! En referencia a tu post, creo que cada día buscamos más automatismos, que si por un lado agilizan mucho las cuestiones, por otro lado hace que se pierda el trato humano, el contacto con la gente... Besos

    ResponderEliminar

Miraron

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails