Imaginemos por un momento que las cosas que conocemos, las plantas, los animales y hasta las piedras, no han sido producto de una evolución natural sino que han sido diseñadas en un taller. Más bien en un gran complejo de diseñadores claramente estratificado donde los más viejos y experimentados trazan líneas para inventar Es aquí donde se ubica Odaer, un joven diseñador con un gran sueño: crear un insecto tan hermoso que sea como una flor en movimiento, tan bello que justifique toda una existencia en solo un instante. Sin embargo las cosas no se le presentarán tan fáciles, tendrá que aprender que nunca se obtiene nada de valor cuando se espera sentado la llegada de una idealizada inspiración, que todo implica un gran esfuerzo y que los muchos momentos de frustración aportan también con sus lágrimas al éxito futuro. Y como si fuese poco tendrá que luchar también con el miedo de los más viejos, a que les rompan los cómodos esquemas en los que han acomodado ya sus amplias posaderas. Os invito a conocer este maravilloso álbum ilustrado que habla sobre la importancia de persistir en nuestros sueños.
"Odaer era muy ingenioso y siempre estaba armando cosas con las manos. El y un grupo de sus amigos se reunían a escondidas en una cueva en medio de la floresta y hablaban y discutían sobre todo lo que se podría crear si los Diseñadores de Todas las Cosas tuvieran un espíritu menos rígido y fueran más atrevidos. – Un árbol que cantara como pájaro o un ave que en vez de huevos pusiera frutas –decía Odaer a sus amigos...los muchachos se presentaron muy temprano al Taller de los Insectos y se reunieron en la sala donde trabajaba Odaer.– Primero – dijo éste – tendremos que distraer a los otros.Mientras así hablaba, hacía diseños y diseños en un papel, dibujando un insecto pequeño, feo y negro con alas muy rápidas.– Crearemos este insecto impertinente que nunca sabrá cuando debe de dejar de molestar. Le llamaremos Mosca.
Y Odaer continuo sus experimentos en el taller, a pesar de las risas de los demas, a pesar de que sus amigos lo miraban con tristeza, a pesar de que habia muchos que lo consideraban soberbio y lo criticaban duramente por creer en lo que creia...
La vida de Odaer se volvió muy solitaria. Se paseaba solo por los bosques y las montañas.– Las cosas bellas son frágiles – le decía el Viento – Mira como yo dejo sin flores los arbustos con sólo inflar mis mejillas y soplar.– Y mírame a mí – dijo el Volcán – Con sólo que me dé un resfrío y se me ocurra estornudar, mis cenizas destruyen todo lo que tocan.– Pero las flores vuelven a crecer – decía Odaer – Y la hierba vuelve a nacer. Lo que a mí me gusta de la belleza es que nunca se da por vencida.– ¿Pero? ¿cuál es el sentido de una flor? – preguntó una Roca negra y áspera – Se marchita muy pronto y muere.– Se hace fruto – respondió Odaer – Pero además es bella. Lo bello no se puede explicar, se siente.– La belleza es como cuando yo aparezco en el cielo e ilumino todo lo que toco – dijo el Rayo.– Pero tú das miedo – dijo la Serpiente.– Mira quién habla – respondió el Rayo.– Yo quiero algo que dé felicidad – dijo Odaer y se fue caminando al lado de un arroyuelo.
Pensó que sus momentos de tristeza, de angustia y soledad, sus noches de desvelo, no habían sido en vano. También de sus lágrimas había nacido la Mariposa.
Pensó que como recuerdo de sus esfuerzos y para que nadie se engañara creyendo que la belleza no costaba trabajo, haría que las mariposas fueran primero orugas que luego se transformarían en el insecto más bello de la Creación.
Por último, pensó que era cierto lo que le dijera su amigo perro: los sueños se hacían realidad. El secreto estaba en no cansarse nunca de soñar, en no darse por vencido."
"Odaer era muy ingenioso y siempre estaba armando cosas con las manos. El y un grupo de sus amigos se reunían a escondidas en una cueva en medio de la floresta y hablaban y discutían sobre todo lo que se podría crear si los Diseñadores de Todas las Cosas tuvieran un espíritu menos rígido y fueran más atrevidos. – Un árbol que cantara como pájaro o un ave que en vez de huevos pusiera frutas –decía Odaer a sus amigos...los muchachos se presentaron muy temprano al Taller de los Insectos y se reunieron en la sala donde trabajaba Odaer.– Primero – dijo éste – tendremos que distraer a los otros.Mientras así hablaba, hacía diseños y diseños en un papel, dibujando un insecto pequeño, feo y negro con alas muy rápidas.– Crearemos este insecto impertinente que nunca sabrá cuando debe de dejar de molestar. Le llamaremos Mosca.
Y Odaer continuo sus experimentos en el taller, a pesar de las risas de los demas, a pesar de que sus amigos lo miraban con tristeza, a pesar de que habia muchos que lo consideraban soberbio y lo criticaban duramente por creer en lo que creia...
La vida de Odaer se volvió muy solitaria. Se paseaba solo por los bosques y las montañas.– Las cosas bellas son frágiles – le decía el Viento – Mira como yo dejo sin flores los arbustos con sólo inflar mis mejillas y soplar.– Y mírame a mí – dijo el Volcán – Con sólo que me dé un resfrío y se me ocurra estornudar, mis cenizas destruyen todo lo que tocan.– Pero las flores vuelven a crecer – decía Odaer – Y la hierba vuelve a nacer. Lo que a mí me gusta de la belleza es que nunca se da por vencida.– ¿Pero? ¿cuál es el sentido de una flor? – preguntó una Roca negra y áspera – Se marchita muy pronto y muere.– Se hace fruto – respondió Odaer – Pero además es bella. Lo bello no se puede explicar, se siente.– La belleza es como cuando yo aparezco en el cielo e ilumino todo lo que toco – dijo el Rayo.– Pero tú das miedo – dijo la Serpiente.– Mira quién habla – respondió el Rayo.– Yo quiero algo que dé felicidad – dijo Odaer y se fue caminando al lado de un arroyuelo.
Pensó que sus momentos de tristeza, de angustia y soledad, sus noches de desvelo, no habían sido en vano. También de sus lágrimas había nacido la Mariposa.
Pensó que como recuerdo de sus esfuerzos y para que nadie se engañara creyendo que la belleza no costaba trabajo, haría que las mariposas fueran primero orugas que luego se transformarían en el insecto más bello de la Creación.
Por último, pensó que era cierto lo que le dijera su amigo perro: los sueños se hacían realidad. El secreto estaba en no cansarse nunca de soñar, en no darse por vencido."
El taller de las mariposas
Gioconda Belli / Wolf Erlbruch
Barbara Fiore Editora
Gioconda Belli / Wolf Erlbruch
Barbara Fiore Editora
Qué bonita historia, Sylvia. Ojalá pudiéramos inventarnos un sueño a medida y después, por arte de magia, hacerlo realidad.
ResponderEliminarPrecioso. Un beso!
Hola cielo una bellisima historia llena de sueños
ResponderEliminarun beso y feliz semana
Yo creo que la belleza verdadera no esta supeditada al esfuerzo, solo aquella que se fabrica..
ResponderEliminarVuelvo porque necesito libros, historias, recomendaciones, música.
ResponderEliminarUn poco de todo, un mucho de casi. Y en tu blog me encuentro como pez en el agua escrita y literaria.
Gracias.
Gioconda Belli, ufff...
Reflexión, esfuerzo, sueños.
ResponderEliminarBella historia, Sylvia.
Saludos
LA CABECERA DE TU BLOG ES MI SUEÑO
ResponderEliminarUNA GRAN LIBRERIA GRANDE Y ANARQUICA.
SI VUELVES POR MI CASA OBLIGATORIO EL TUTEO.
SALUD.
Mmm, tiene muy buena pinta. Tomo nota para mi próxima visita a la librería. :)
ResponderEliminarAbrazotes¡¡
Bonito texto.... un beso.
ResponderEliminarYo se que sueño mucho, y luego no me acuerdo de nada...Si me acordase lo plasmaria para todos en mi blog y seria emocionante para mi y mis lectores
ResponderEliminarEs bonito tu blog, me gusta
Excelentes letras.
ResponderEliminarmuy buena informacion, adelanto una exposicion sobre este libro para mi universidad...
ResponderEliminarquien me quiera compartir ideas bienvenidas son. este es mi correo xxpopulcraciaxx@hotmail.com.
muy buen blog!