Un día cualquiera, de un año cualquiera,
me recoges en el trabajo, son las nueve y llueve,
esa lluvia de otoño que me envuelve, y me fascina.
Por fin es la hora de quitarle tiempo al tiempo para estar contigo,
un café, una cerveza...da igual, conversando,
compartiendo tu mirada que me acaricia
al mismo tiempo que lo hace tu mano sobre la mía,
momentos que me llenan por todo lo que me dan.
salimos...quiero perderme contigo en un itinerario sin fijar,
en cualquier sitio, en cualquier lugar,
quizá quien sabe,
solo busque que me cubran los soportales de alguna vieja ciudad,
y mientras llueve..tu brazo en mi cintura,
al fin solos, tú y yo.
Leyendo tu post y viendo esos soportales bajos, me enmorriña el alma y eso me trae recuerdos de una bonita canción de Luar na Lubre basada en un poema de Federico Garcia Lorca llamado “Madrigal á cibdá de Santiago” que firma el poeta en su obra “Seis poemas gallegos”. Y si me permites la licencia te adjunto la traducción.
ResponderEliminarLlueve en Santiago
mi dulce amor.
Camelia blanca de aire
brilla temblorosa al sol.
Llueve en Santiago
en la noche oscura.
Yerbas de plata y de sueño
cubren la nueva luna llena.
Mira la lluvia por la calle
lamento de piedra y cristal
Mira el viento descolorido
sombra y ceniza de tu mar.
Sombra y ceniza de tu mar
Santiago, lejanía del sol.
Agua de la mañana antigua
tiembla en mi corazón.
Un saludo desde Gijon
Por si la qquieres oir:
ResponderEliminarhttp://es.youtube.com/watch?v=Kcx3bvzPqn0
Dice un amigo...
ResponderEliminarImporta algo mas cuando uno sueña despierto?
Un abrazo
Soportales de vieja piedra mientras llueve...
ResponderEliminarQué placer.